Ninguna otra posesión, es más importante en nuestras vidas como nuestra propia persona. Dentro del concepto persona, entiendo nuestro físico y nuestro interior. En estos días, a pesar de la manida crisis, parece que todo está orientado al cuidado de nuestro aspecto externo. Nuestra imagen y nuestra forma física son objeto de múltiples ofertas. Dietas milagro, gimnasios, aparatos de tortura, incluso descargas eléctricas... y cirujías. Estamos dispuestos a todo por tener un kg menos o una arruga menos. ¿A que estamos dispuestos por regalar a nuesto "alter ego", el interno unas horas de entrenamiento?
Ciertamente, ambas dimensones del ser humano están en estrecha relación. Pero a día de hoy la balanza está claramente desequilibrada hacia lo superficial. No tengo datos científicos que lo avalen pero mi intuición me dice, que cuando el interior está bien, seguramente los resultados de cualquier dieta o tratamiento de belleza podrían ser todavia mucho más espectaculares. ¿Tu que opinas?
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